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Diana Dardo: “Creo que esta época tan volátil que vivimos es muy machacona para las que trabajamos con nuestro cuerpo”

diana dardo

La diva de Móstoles acaba de incorporarse al elenco de ‘Los Tacones de Papá’ y tiene previstos más proyectos teatrales antes de que termine el año

La hemos visto en numerosas facetas y en todo tipo de espacios en los que se han organizado eventos drag. Diana Dardo ha demostrado ser una de las travestis más camaleónicas del panorama drag español ─y sin haber renunciado nunca a su cardado. La hemos visto actuando en salas de fiestas y organizando mano a mano eventos junto a sus compañeras, escuchado en algún que otro podcast y, ahora, bajo los focos del Teatro Lara en el musical de Los Tacones de Papá.

Ella es la definición de lo retro pero, al mismo tiempo, de lo más caricaturesco. Algo así como una señora clásica con la esencia del sur de Madrid. Con la buena labia que le caracteriza, en esta entrevista nos pone al día de sus novedades y nos adelanta cuáles son y cuándo verán la luz sus próximos proyectos.

Primero te conocimos como Dabitch, luego vino Diana Dardo, ¿cómo nace tu drag?

DIANA DARDO: Creo que nace de las dos maneras que puede nacer una travesti. Se puede ser travesti desde niña; llegar a la adolescencia y ser todavía más travesti, tener una actitud travesti en la vida y luego, llegar a la vida adulta y ser travesti de “título universitario”. La otra manera es llegar más tarde, más mayor, y formarte como tal. Siempre he tenido una parte de travesti, porque tengo fotos travestido con ocho años, pero hacer drag era algo que siempre veía inalcanzable, yo que soy tan perfeccionista. Gracias a Dios ─o a Satán, mejor dicho─, conocí a Belial, nos hicimos amigas y ella me enseñó los primeros pasos. Un día me maquilló y me di cuenta de que estaba haciendo drag. También aprendí un montón de otras amigas como Pakita y Jota Carajota. Si tú ya tienes el travestismo dentro de ti, solamente necesitas un poco de ayuda en la parte técnica.

¿Cambió el concepto cuando cambiaste de nombre?

D: Totalmente. Empecé en el drag de manera orgánica y Dabitch era el mote que tenía y mi nombre de Instagram. Cuando empecé a hacer bolos vi que mi drag estaba evolucionando, porque cada vez que te montas notas como tu drag va caminando hacía un sitio. Yo vi que el mío estaba caminando hacia ser una señora, un buen cardado, una interpretación, un melodrama. Un día me senté y decidí cambiarme el nombre. Mis amigas, mi novio y yo hicimos una lluvia de ideas y el nombre de Diana Dardo me resonaba mucho, era el más fiel a lo que yo me estaba convirtiendo y era muy almodovariano.

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¿Cuáles son las referencias de las que bebe Diana Dardo?

D: Estoy dividida en dos cosas. Audiovisualmente, tengo bastante claras mis referencias: los musicales como La Pequeña Tienda de los Horrores, Gypsy… También, como he nacido casi en los 2000, están Glee, Los Simpson, Shin Chan… Pero visualmente, no tengo ni pajolera idea. Me dejo llevar por el concepto de lo vintage, lo disco, Hollywood, Rita Hayworth, pero no sé si los vestidos que me hago son de los 50 o de los 60. Ahora me estoy cultivando a raíz de coser, pero sigo sin tener una idea muy clara.

‘Los tacones de papá’ tiene chica nueva en la oficina, ¿cómo ha sido tu incorporación en la obra?

D: Ha sido fantástica y muy travesti, porque hay cosas en la vida que no puedes planear, como todas las cosas importantes que me pasan. Una puede prepararse, intentar ser la mejor artista, pero luego las oportunidades no dependen de ti. En mi caso, le agradezco de todo corazón a La Caneli y a Hornella Góngora, que son las que me han llevado a la obra y por las que he llegado a actuar en el Teatro Lara.

¿Qué otros proyectos tienes en tu agenda para los próximos meses?

D: Quiero seguir haciendo muchas cosas teatrales. Tengo un corto que grabar y podremos ver a finales de octubre; un proyecto teatral propio que verá la luz a principios de diciembre; y mientras tanto, se me puede ver en Los tacones de Papá.

¿El teatro siempre ha sido tu pasión? ¿Algún día imaginaste estar en el escenario de un teatro?

D: Yo de pequeño quería ser cantante, pero cantaba muy mal. En el instituto eso se convirtió en ser actor. Luego me di cuenta de que era algo muy difícil, pero seguía queriendo hacer teatro que era algo más casual. Hice teatro en el instituto y para mí ya era algo muy real. La única diferencia entre el Teatro del Bosque de Móstoles y el Teatro Lara son las tablas, que te dan tranquilidad, y un público que te va a percibir de manera súper distinta, porque la persona que paga una entrada lo ve con otros ojos. Yo nunca me hubiera imaginado que esto me fuera a pasar de verdad. Y fíjate, las cosas caen por su propio peso y ese niño que hizo de Meryl Streep en el musical del instituto de Mamma Mia ha acabado actuando en el Teatro Pavón y el Teatro Lara.

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Ya sabemos que actuar es lo tuyo, pero ¿te gustaría ser “una travesti con canción”?

D: Sí, me gustaría. No es algo que me llame locamente. Soy una chica de musicales y me encanta cantar una y otra vez las mismas canciones. Seguramente algún día tenga una canción propia. Será una cosa muy mamarracha y muy “teleñeca”, no me imagino teniendo una canción pop, pero si una para un momento teatral para el que hasta ahora nadie haya escrito.

Aparte de talentosa, eres travesti científica, ¿cómo compaginas el laboratorio con el mundo del espectáculo?

D: A día de hoy, muy bien. Ahora estoy llegando a saturarme un poco porque trabajo para la investigación del cáncer en un laboratorio. Antes trabajaba en la Sanidad Pública era muy difícil compaginar el drag porque nunca sabes tu horario. Lo bueno de la investigación pública es que te puedes planear con tiempo los experimentos para cuadrar los bolitos. Son dos mundos curiosos, la ciencia y el arte, pero a mí siempre me han llamado la atención los dos por igual. Son mundos que no tienen por qué no coexistir. Siempre vas a poder aplicar lo que aprendes de una cosa en la otra.

Sabemos que el show no lo es todo y que también has estado al pie del cañón como organizadora. ¿Qué es lo más difícil de gestionar eventos drag y qué crees que todavía falta para que se valore ese trabajo como merece?

D: Lo más difícil es mantener la motivación. Yo soy una persona muy sensible y me vuelco mucho en lo que hago. Cuando organizas eventos vas a ver la parte buena y la parte mala de todo lo que ocurra. No hay que dejarse arrastrar por esas partes malas que, como organizadora, vas a ver más que nadie. Hay veces que una pierde la motivación porque dedicas mucha energía y tiempo y es muy difícil que salga perfecto. Hay que aceptar fallos propios y ajenos. Y para que se valore nuestro trabajo, ─y en general, el dragqueenismo─, hace falta tener mejor relación con los sitios en los que trabajamos. El público ya está empezando a valorar lo que hacemos, pero la gente que nos contrata normalmente no lo hace y nosotras tampoco les entendemos a ellos. No hay una relación de cuidados. Creo que esta época tan volátil que vivimos es muy machacona para las que trabajamos con nuestro cuerpo. Hace falta una relación más saludable con los empresarios.

¿Con qué mensaje te gustaría despedirte de esta entrevista?

D: Os aconsejo a todes que consumáis más audiovisual y más entretenimiento, el que os podáis permitir. Nunca nos podemos olvidar de lo que es el arte. Cuando no tienes tiempo o energía lo puedes llegar a pasar por alto. Pero si conseguimos ir a ver un show de travestis, ponernos una película en la tele, acercarnos al teatro cuando podamos, eso nos va a cambiar la vida y nos va a nutrir.

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