La nueva propuesta mezcla espectáculos drag y buena comida trayendo de vuelta el glamour de los cafés cantantes al más puro estilo jerezano
Jerez tiene nuevo punto de encuentro travestí. Tras su inauguración con una cata de cervezas con entradas agotadas, La Cabaretera conquistó los paladares con mucho arte el pasado 2 de noviembre en el restaurante A Tu Vera y dejó al público con ganas de la próxima. Y la respuesta ya está aquí: La Cabaretera vuelve en diciembre con dos fechas.
El domingo 14 de diciembre, siguiendo las tradiciones jerezanas, La Cabaretera celebrará una Zambomba Travestí en un lugar con mucha historia: el Centro Cultural Flamenco Don Antonio Chacón, un lugar que concentra la esencia del flamenco y por donde han pasado grandes voces del cante como La Paquera de Jerez, Dolores Agujetas, Juana la del Pipa o Camarón. Esta vez, las estrellas que pisarán ese escenario serán Lola Spain, Pakita Spain y Zarmorejo.

Y eso no es todo, La Cabaretera se trasladará hasta Sevilla el viernes 20 de diciembre en Espacio Mondo. Esta vez, el vino será la gran estrella junto a la drag Franela, que se convertirá en dueña y señora del escenario con una propuesta que va desde el pop y cuplé con mucho descaro. Una cata de vino sherry y un show cabaretero en toda regla, perfectamente a la altura del nombre del evento. Todo en una sola noche.

Fotografía de Pepe Capitán
Si bien es cierto que esta propuesta tan sólo ha hecho empezar, ya ha enamorado a muchos corazones y supuesto una revolución en la escena jerezana que confirman que el público está listo para una nueva forma de entender el espectáculo: ni en discoteca, ni en teatro, ni en restaurante… La magia se crea independientemente del lugar, porque lo que verdaderamente importa es el arte, la buena gastronomía y el buen vino.

Fotografía de Pepe Capitán
Mas allá de una cena-espectáculo, que propone La Cabaretera es una forma distinta de vivir el drag: sin trasnochar, alrededor de una mesa y sin prisa por que termine el show. Una experiencia que pretende recuperar el espíritu de los cafés cantantes y el glamour del cabaret de toda la vida, con ese punto descarado pero muy elegante.
