La prueba semanal fue un sketch de impro inmobiliaria, con unas compradoras muy especiales, que terminó en un desorden escaso de talento
El séptimo programa de la quinta temporada de Drag Race España no quedará en la memoria de los fans como uno de los mejores.
Spoiler…
Con el recuerdo de Denébola (borrado a salivazos) y la satisfacción de Nix en el programa anterior, el minireto que trajo Supremme era caracterizar una sandía con la cara de alguna de las reinas en uno minutos, para luego adivinar quién era cada fruta decorada. Un pasatiempo sin más, para otorgar a la ganadora, Nix, la posibilidad de repartir los grupos del maxi reto.
Nix no se metió en mucho barullo y asignó dos parejas y un trío, en función de las afinidades de cada una, para preparar una sesión de improvisación. Las reinas tenían que improvisar la venta de un piso a unas compradoras muy especiales. Para ello las parejas (Satín y Alexandra, y Caudilla y Dafne), y el trío (Margarita, Ferrxn y Nix) debían ponerse en la piel de agentes inmobiliarios con una personalidad propia y enfrentarse a la venta del piso con humor.
Satín y Alexandra se decantaron por encarnar a un par de hermanos, un chico con mucha pluma y una monja bastante estridente, que debían colocarle el piso a la legendaria Pupi Poisson. Mientras Satín ponía en práctica todas sus tablas de la noche malagueña y cogía al vuelo cada frase, Alexandra estaba inmersa en el papel de monja pero totalmente alejada de la escena.
Por su parte, Margarita, Ferrxn y Nix también eligieron ser tres hermanas pero con unas personalidades distópicas y exageradas, que se movían entre el despiste y la locura. La compradora que entró por la puerta fue una espectacular Hornella Góngora, que en muchas ocasiones guió la escena frente al caos de las tres reinas concursantes, quienes se perdieron cada una en su rol con dudoso resultado.
Por último Caudilla y Dafne, interpretaron a una becaria de importante personalidad, y una jefa con problemas con el alcohol. Pues bien, entre que la compradora, Shani LaSanta, tenía más preguntas y opiniones que Chat GPT, que Caudilla, suelta y dispuesta, no encontraba su lugar, y que a Dafne estos retos no se le dan bien, la venta del piso fue más dramática de lo esperado.
Mención especial a los consejos antes, durante y después de la jurado especial, la increible Abril Zamora.
Los palos de la baraja española inspiraron la pasarela antes de una nueva batalla de nivel medio
Sobre la pasarela, la categoría fue Baraja Española. Un homenaje a los naipes más castizos en el que Satín Greco se autoproclamó con un vestidazo el As de Oros, quizás un presagio de lo que iba a pasar luego, fue la ganadora del programa. Tras ella Alexandra presentó una reina de copas diferente, atractiva y lejos de su estilo habitual.
Luego Nix, y la inteligencia hecha look, el reverso de las cartas de la baraja, en colores rojos y blancos, como inspiración para un vestido y maquillaje excelentes. Y con la misma base pero en los tradicionales azul y blanco, Ferrxn presentó una sota muy valenciana, con acabados muy delicados y llamativos.
Laca Udilla era una sota de oros más literal, con detallazos de su estilo muy reconocibles, aunque más simple, icónico. Y por último Dafne, más alejada de la literalidad pero con las espadas como protagonistas en un look de reina para ganar la partida.
Con Satín en lo más alto, quedaba saber quién se enfrentaba al bottom: Ferrxn, Alexandra y Laca Udilla. El medio corazón de Denébola fue para Caudilla, que automáticamente se apeó del lip sync salvando su propio pellejo.
Dejó a las otras dos reinas interpretando Kit y los coches del pasado, de Ladilla Rusa, en una batalla final donde por enésima vez esta temporada se salvan los muebles sin pena ni gloria, y en la que la experiencia de Alexandra, de seis días semanales, le valió para ganar y echar a Ferrxn de la lucha por la final.
